lunes, 25 de noviembre de 2013

Cine - Debate

Sobre la nota de Jorge Carnevale en “Revista ñ
por José Tripodero

El día sábado 25 de noviembre del 2013, el crítico Jorge Carnevale escribió un corto pero contundente artículo en la Revista Ñ sobre el Festival de Cine de Mar del Plata, el único de Clase A de la región. Esta categoría, hay que aclararlo tantas veces como sea necesario, no es una adjetivación como decir “es de primera”, es una clasificación oficial. Veamos algunas de las consideraciones de Carnevale: “Como una epidemia imparable, se han multiplicado los festivales de cine en el mudo y actualmente, hay uno cada quince minutos, pero los que de veras importan siguen siendo Cannes, Venecia, Berlín y San Sebastián”. Sobre las primeras cuatro palabras es sencillo leer que para él, la existencia de festivales presupone una enfermedad sin control, exagera –claro sin ningún tipo de sutileza- al decir “hay uno cada quince minutos”. En la segunda parte asegura que sólo importan cuatro, los más importantes. Quienes habitualmente cubren el festival de San Sebastián, saben que sólo la historia mantiene en pie el desarrollo de un festival más preocupado por las visitas internacionales que por la programación de sus ediciones. Además, es tan arbitrario decir “los que de veras importan”, ¿para quién?, ¿para los críticos?, ¿para el público?. Otro pequeño dato, ignorado por Carnevale, es el crecimiento de festivales como los de Toronto (a pesar de no tener una competencia) o el de Nueva York, podríamos nombrar también a Rotterdam, Roma y por qué no el BAFICI, entre otras citas anuales.

La mirada sesgada por la falta de “luminarias” y de “glamour” como se puede leer también en este artículo, se trasluce como lo más importante para Carnevale. Intenta ser políticamente correcto al decir: “Una muestra de cine, además de buenas películas y la necesidad de concretar negocios, procura que se tenga en cuenta la producción nacional.”, a continuación llega su lamento de que el Festival no tenga las visitas que tuvo otras ediciones; menciona a Truffaut, Sophia Loren, Jeremy Irons, etc, a esta altura nombrar a un cineasta de la Nouvelle Vague para legitimar una opinión, es propio de las malas recurrencias de la vieja escuela. La hipocresía de las “buenas películas” se evidencia en la idea inicial, ya mencionada, sobre la “epidemia de festivales”. Carnevale no quiere más festivales sin “figuras” porque no le importan las nuevas producciones ni las nuevas corrientes.

La nota dispara otros misiles. Entre ellos contra una nueva generación de críticos: “Los festivales sirven, entre otras cosas, para que se reencuentre gente que no se ve nunca, para circular por ágapes tomándose unas copas (…) convencidos los cronistas novatos que por un rato se codean con los grandes y se alojan en hoteles que nunca podrían pagar”. Esta larga cita textual muestra en primer lugar su odio por las reuniones sociales, inevitables en cualquier evento o peor aún, que los “cronistas novatos” pululen por los mismos sectores que los “cronistas experimentados”, es decir evidencia, para él, un problema de clases. En segundo lugar hace referencia al hospedaje, que el “cronista novato” se dirige a Mar Del Plata -al parecer- para parar en Torres de Manantiales o vaya uno a saber qué hotel de cinco estrellas. Al final lo que no está claro es si “se codean con los grandes” se relaciona con los “grandes críticos” o con las “grandes figuras”, esto último podríamos descartarlo de acuerdo a la queja mencionada sobre la supuesta falta de visitantes ilustres.

Dejemos de lado el contexto del país, que plantea como uno de los argumentos para clausurar el festival –recordemos una vez más, festival de Clase A, el único de Sudamérica-. Ahora, su apreciación (a partir de la vez que le tocó ser jurado, como cuenta en esta nota, sobre la poca difusión que tiene el festival en el extranjero) tiene como sustento la consulta a sus compañeros jurados procedentes de Holanda, Cuba y  República Checa. En los tiempos de Internet, en los que las publicaciones internacionales están al alcance de un clic (seamos simétricos en las metáforas “carnevaleanas”), es muy simple contrarrestar semejante equívoco. Veamos, la charla de John Landis tuvo una repercusión importante por ejemplo en el diario The Guardian, de Inglaterra (http://www.theguardian.com/film/2013/nov/25/director-john-landis-attacks-hollywood-studios). Para terminar de noquear todo lo dicho por Jorge Carnevale es necesario decir que el señor  ni siquiera estuvo presente, en la edición recientemente terminada del Festival de Cine de Mar del Plata. Lo cual hace de su nota “Un festival en el ocaso” un insulto no sólo para el que fue como público o crítico sino también para el lector que puede considerar el texto como un testimonio de un festival que se cae a pedazos. La aclaración sobre su ausencia en la ciudad balnearia hubiera sido un gesto de honestidad, especialmente para la profesión de crítico y periodista.

 
La nota de Jorge Carnevale


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