lunes, 27 de mayo de 2013

Cine - Dossier

Sobre el cine de M. Night Shyamalan -cuarta entrega-
por José Tripodero

En esta entrega abordamos la obra maestra de Shyamalan, El protegido (Unbreakable), un relato que fogonea los motivos de su cine, como la exploración existencial, y además ancla su pasión por las historietas. Con el peso del éxito a gran escala que fue Sexto sentido, el director logra ofrecer -en forma inmediata-, su película más emotiva, sincera y, a la vez, contorneada por un halo de anti clímax impensado para Hollywood.

El protegido (Unbreakable, 2000) con Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Robin Wright y Spencer Treat Clark

Apenas un año después del éxito bestial de Sexto Sentido, el guionista-director mostró al mundo su lado más intertextual y a la vez sublime: Unbreakable. Lo que genera es eso, pavor y a la vez placer. El miedo surge a partir de lo desconocido, mucha angustia les causa a algunos desconocer el tema de un film, a dónde apunta la historia, -o peor aún- no poder categorizarla a priori en algún género. Unbreakable se aferra al misterio como manto formal para contar una historia, la de dos hombres que no saben por qué están en este mundo, una tragedia los conecta pero lo que hace es profundizar esta búsqueda y exploración existencial, que ya a esta altura es una marca registrada del universo Shyamalan. Además de este choque, que tendrá una desembocadura en la vieja dicotomía del bien y el mal, del héroe y el villano, se homenajea de la manera más impensada a un lenguaje considerado menor, como no lo es la historieta, ya a esta altura de la Historia. El director no sólo nutre, en el relato, su amor por los comics sino que además pone a disposición todos los elementos y posibilidades del lenguaje cinematográfico (puesta de cámara y escena, especialmente) para narrar. Aquí es que asoma el placer –para complementar la idea propuesta sobre lo sublime- y lo hace desde una sutileza quirúrgica. Sintéticamente, para disfrutar de las formalidades de este film hay que bancarse el miedo.  Pequeñas genialidades, como la cámara fuera de foco en primer plano a la altura de un paciente al que le brota más y más sangre a medida que la conversación entre el médico y el protagonista progresa en tensión en un segundo plano, exhiben el talento del guionista-director para componer el cuadro y para narrar dramáticamente. Mucho le deben a este grado 0 del (súper) héroe las versiones reboot de muchos personajes ilustres de la historieta llevadas al cine durante la década del 2000.  Unbreakable es una historieta con viñetas en movimiento o simplemente la obra maestra de M. Night Shyamalan. 


No hay comentarios: